16 de diciembre de 2010

Gracias Señor!


Toque fondo, sentí que las cosas se habían escapado de mis manos. Fue en ese momento, en ese preciso instante, en que me detuve por unos minutos y rompi en llanto. Era hora de comenzar a hacer las cosas bien, de la forma que deberían haber sido desde un principio, era tiempo de hacer balances y tomar decisiones, para bien o para mal, pero ser consecuente en lo que decidía, todo para volver a ser feliz, porque sin pensarlo ni quererlo me había convertido en una mujer triste, que andaba con la sonrisa del payaso sonríendole al mundo, pero que estaba llena de pena en el alma. Decidí dejar de ser la niña pasiva de siempre, aquella que por evitar problemas prefería callar y aceptar las cosas como venían.

Mi círculo familiar se había convertido en una nube tóxica llena de cucarachas alrededor, que no hacían más que tirar las peores vibras, y que sin lugar a dudas me iban absorbiendo. No acepte más abusos hacía mis papás y mis hermanos, y empece a decir lo que pienso sin importar las consecuencias, y desde ese momento hay más respeto hacía ellos, si bien querían llevar la fiesta en paz y por eso preferían callar, yo no me contuve y les hice ver que estoy ahí incondicionalmente y que nadie les va a seguir haciendo daño mientras yo viva.


Diego
, tú eras mi segundo problema, me había dado cuenta que te amaba, que eres una de las personas más importantes de mi vida y yo con mis inseguridades quería retenerte a toda costa, sin importar nada, así que decidí dejarte, liberarte de una buena vez. Han pasado tres meses desde aquel entonces, y tú nuevamente vuelves a mí, y me haces saber que soy una bendición en tu vida y que te diste cuenta que me quieres de verdad, pero que ahora tú necesitas ese tiempo que yo tuve para que te reencuentres contigo, porque no hiciste las cosas bien y que luego entendere el porque de tu decisión. Que sea lo que Dios quiera.

Y con respecto a mi tesis, con los problemas anteriores habían generado que la dejará tirada, no me importaba nada, así que respire hondo y volvi a empezar. Estoy a días de entregarla, gracias a Dios.

Sin dudas, llega un punto en que tratas de dominar las cosas a tu favor, de acuerdo a lo que UNO quiere, olvidandonos que el que finalmente decide es el de arriba.... y que todo pasa por algo en la vida.


Gracias Señor, por limpiar mi corazón y hacerme sonreír nuevamente.